jueves, 14 de abril de 2011

CELULA

La célula es la estructura más pequeña capaz de realizar por sí misma las tres funciones vitales: nutrición, relación y reproducción. Todos los organismos vivos están formados por células. Algunos organismos microscópicos, como las bacterias y los protozoos, son unicelulares, lo que significa que están formados por una sola célula. Las plantas, los animales y los hongos son organismos pluricelulares, es decir, están formados por numerosas células que actúan de forma coordinada. (1)

Las células humanas presentan también una amplia variedad de tamaños, desde los pequeños glóbulos rojos que miden 0,00076 mm hasta las hepáticas que pueden alcanzar un tamaño diez veces mayor.

Aproximadamente 10.000 células humanas de tamaño medio tienen el mismo tamaño que la cabeza de un alfiler.

Las células presentan una amplia variedad de formas. Las de las plantas tienen, por lo general, forma poligonal. En los seres humanos, las células de las capas más superficiales de la piel son planas, mientras que las musculares son largas y delgadas. Algunas células nerviosas, con sus prolongaciones delgadas en forma de tentáculos, recuerdan a un pulpo. (4)


Partes de la Célula

  • Membrana Plasmática o Celular. 
  • Citoplasma (dentro se encuentran las Organelas). 
  • Núcleo (Material Genético).  



 

Membrana Plasmática

La membrana plasmática es una cubierta que posee la célula. Se caracteriza por ser delicada y elástica siendo parte integral y funcional de la célula.

Cuando se observa la membrana plasmática a través de micrografías, es posible observar una estructura densa-clara-densa. Básicamente, todas las células existentes parecen mostrar esta estructura de tres capas. (3)

Todas las células vegetales (por supuesto, se exceptúan las células animales) presentan una pared celular gruesa de celulosa que se encuentra rodeando la zona más exterior de la membrana plasmática. Estas paredes celulares constituyen un verdadero exoesqueleto para este tipo de células. (2)




Composición Química
 
La membrana plasmática está compuesta por:
  • Doble capa de fosfolípidos, 40%
  • Proteías, 50%
  • Glúcidos (colesterol), 10%
Funciones
 
  • Protegen la célula o la organela. 
  • Regulan el transporte hacia adentro o hacia afuera de la célula u organela. 
  • Permiten una fijación selectiva a determinadas entidades químicas a través de receptores lo que se traduce finalmente en la transducción de una señal. 
  • Permiten el reconocimiento celular 
  • Suministran unos puntos de anclaje para filamentos citoesqueléticos o componentes de la matriz extracelular lo que permite mantener una forma. 
  • Permiten la compartimentación de dominios sub - celulares donde pueden tener lugar reacciones enzimáticas de una forma estable. 
  • Regulan la fusión con otras membranas. 
  • Permiten el paso de ciertas moléculas a través de canales. 
  • Permite la motilidad de algunas células u organelas.








  




Referencias 

1. Alberts et al (2004). Biología molecular de la célula. Barcelona: Omega. ISBN 54-282-1351-8.

En línea. Fecha de Consulta: 22/03/2011  
Disponible en: http//es.wikipedia.org/wiki/celula

2. Prescott, L.M. (1999). Microbiología. McGraw-Hill Interamericana de España, S.A.U. ISBN 84-486-0261-7.

En línea. Fecha de Consulta: 24/03/2011  
Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/celula
  
3. Extracto de la descripción por Hooke (Universidad de Berkeley)

En línea. Fecha de Consulta: 26/03/2011  
Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/celula


4. Griffiths, J .F. A. et al. (2002). Genética. McGraw-Hill Interamericana. ISBN 84-486-0368-0. 

En línea. Fecha de Consulta: 28/03/2011  
Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/celula

HIPERTENSION ARTERIAL

Es el término empleado para describir la presión arterial alta.

La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a través del cuerpo. (2)

Las lecturas de presión arterial se miden en milímetros de mercurio (mmHg) y usualmente se dan en dos números: por ejemplo, 110 sobre 70 (escrito como 110/70 mmHg).

El número superior es la lectura de la presión arterial sistólica y representa la presión máxima ejercida cuando el corazón se contrae.

El número inferior es la lectura de la presión arterial diastólica y representa la presión en las arterias cuando el corazón se encuentra en reposo.

La presión arterial cambia continuamente dependiendo de la actividad, la temperatura, la dieta, el estado emocional, la postura, el estado físico y los medicamentos que se administren. (3)




Síntomas

La mayor parte del tiempo, no hay síntomas. Los síntomas que pueden ocurrir abarcan:
 

  • Dolor torácico.
  • Confusión.
  • Zumbido o ruido en el oído.
  • Fatiga.
  • Dolor de cabeza.
  • Latidos cardíacos irregulares.
  • Hemorragia nasal.
  • Cambios en la visión.



Factores de Riesgo
 
  • La población afroamericana.
  • La obesidad.
  • Estar estresado o ansioso.
  • Comer demasiada sal en la dieta.
  • Tener un antecedente familiar de hipertensión arterial.
  • Tener diabetes.
  • Fumar.



Tratamiento

El objetivo del tratamiento es reducir la presión arterial, de tal manera que se tenga un riesgo menor de complicaciones.

Además de tomar el medicamento, usted puede hacer muchas cosas para ayudar a controlar su presión arterial, como:
 
  • Consumir una alimentación cardio - saludable, incluyendo potasio y fibra, y tomar bastante agua.
  • Hacer ejercicio regularmente (al menos 30 minutos por día).
  • Si usted fuma, dejar de hacerlo. 
  • Reducir la cantidad de alcohol que toma (1 trago al día para las mujeres, 2 para los hombres).
  • Reducir la cantidad de sodio (sal) que consume (procure que sea menos de 1,500 mg por día).
  • Reducir el estrés. Trate de evitar factores que le causen estrés e igualmente puede ensayar meditación o yoga.
  • Permanecer en un peso corporal saludable.


 
Posibles Complicaciones

  • Disección aórtica.
  • Daño en los vasos sanguíneos (arterioesclerosis).
  • Daño cerebral.
  • Insuficiencia cardíaca congestiva.
  • Enfermedad renal crónica.
  • Ataque cardíaco.
  • Enfermedad cardíaca hipertensiva.
  • Arteriopatía periférica.
  • Complicaciones del embarazo.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Pérdida de la visión.



Causas

Muchos factores pueden afectar la presión arterial, incluyendo:
 
  • Qué tanta cantidad de agua y sal uno tiene en el organismo.
  • El estado de los riñones, del sistema nervioso o los vasos sanguíneos.
  • Los niveles de diferentes hormonas en el cuerpo.

 

Prevención

Los adultos mayores de 18 años deben hacerse revisar su presión arterial de manera rutinaria.

Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar la presión arterial:
  • Deje de fumar.
  • Consuma una alimentación rica en frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa, en tanto reduce la ingesta de grasa total y saturada.
  • Haga ejercicio de manera regular. Si es posible, durante 30 minutos la mayoría de los días.
  • Si padece diabetes, mantenga el azúcar en la sangre bajo control.
  • Baje de peso, en caso de tener sobrepeso, ya que el exceso de peso le agrega tensión al corazón. En algunos casos, la pérdida de peso puede ser el único tratamiento necesario.
  • No consuma más de uno o dos tragos de alcohol al día.
  • Trate de manejar el estrés.



Nombres Alternativos

Hipertensión; Presión arterial alta; Tensión arterial alta



¿Cómo tomar la Presión Arterial manualmente?

Para obtener la medición de la presión arterial, el personal en salud envuelve el esfignomanómetro bien ceñido alrededor de la parte superior del brazo, colocándolo de tal manera que el borde inferior quede a 2.5 cm (una pulgada) por encima del pliegue del codo. (1)

El personal en salud localizará la arteria mayor en el interior del codo palpando el pulso y colocará la cabeza del estetoscopio sobre esta arteria, debajo del esfignomanómetro. El estetoscopio no debe rozar el esfignomanómetro ni ninguna prenda de vestir, porque estos ruidos pueden bloquear la audición de los sonidos del pulso. La colocación correcta del estetoscopio es importante para obtener un registro exacto.

El personal en salud cierra la válvula en la pera de caucho infladora y luego la comprime rápidamente para inflar el esfignomanómetro hasta que el medidor o columna de mercurio marque 30 mmHg por encima de la presión sistólica normal. Si se desconoce la presión sistólica usual, se infla el esfignomanómetro hasta 210 mmHg.

Luego se abre la válvula ligeramente, dejando que la presión disminuya en forma gradual (2 a 3 mmHg por segundo). A medida que la presión disminuye, se registra el nivel en el medidor o tubo de mercurio al cual se escucha primero el sonido del pulso de la sangre. Ésta es la presión sistólica.

A medida que se deja que el aire continúe saliendo, los sonidos desaparecerán. Se registra el punto en el cual el sonido desaparece, lo cual corresponde a la presión diastólica (la cantidad más baja de presión en las arterias cuando el corazón está en reposo).



Preparación para el Examen

El examen se puede realizara en el brazo izquierdo, preferiblemente, ya que es el brazo que se encuentra más cerca del corazón.

Todo lo que se necesita para la medición de la presión arterial es tener un esfignomanómetro y un dispositivo (estetoscopio o micrófono) para detectar el sonido del pulso en la arteria. (4)



Valores Normales

Sístole

Niños                 55 a 80 mmHg
Adulto                90 a 145 mmHg
Adulto Mayor     120 a 140 mmHg


Diástole

Niños                 40 a 50 mmHg
Adulto                60 a 90 mmHg
Adulto Mayor      80 a 90 mmHg




Significado de los Resultados Anormales


Pre-Hipertensión:
El número superior constantemente es de 120 a 139 mmHg o el número inferior de 80 a 89 mmHg.


Etapa 1: Hipertensión Leve
El número superior constantemente es de 140 a 159 mmHg o el número inferior de 90 a 99 mmHg.


Etapa 2: Hipertensión Arterial de Moderada a Severa
El número superior constantemente es de 160 mmHg o más o el número inferior de 100 mmHg o más.


Presión Arterial Baja (hipotensión):
La lectura del número superior es inferior a 90 mmHg o la presión de     25 mmHg inferior a lo usual.
 



Factores Causantes de Variaciones de la Presión Arterial
  • Trastornos cardiovasculares.
  • Afecciones neurológicas.
  • Trastornos renales y urológicos.
  • Preeclampsia (hipertensión inducida asociada a elevados niveles de proteína en la orina) en mujeres embarazadas.
  • Factores psicológicos como estrés, ira o miedo.
  • Diversos medicamentos.
  • La "hipertensión de la bata blanca" se puede presentar si la visita médica en sí produce ansiedad extrema.


Instrumentos
  • Estetoscopio.
  • Esfingomanómetro.






Una dieta efectiva para disminuir la presión sanguínea es la denominada “enfoque dietético para detener la hipertensión” (o DASH, por sus siglas en inglés)








La hipertensión es un trastorno caracterizado por presión sanguínea crónicamente alta. Debe ser monitorizada, tratada y controlada con el uso de medicamentos, cambios en el estilo de vida o una combinación de ambos.






Antes de iniciar un tratamiento para presión sanguínea alta se recomiendan pruebas de laboratorio rutinarias para identificar lesiones de órganos o tejidos u otros factores de riesgo. Entre estas pruebas de laboratorio están: análisis de orina, conteo de células sanguíneas, química sanguínea (potasio, sodio, creatinina, glucosa en ayunas, colesterol total y colesterol de proteína de alta densidad y un ECG (electrocardiograma). Se puede recomendar pruebas adicionales con base en la condición del paciente.






La presión sanguínea es la fuerza que se aplica contra las paredes de las arterias cuando el corazón bombea la sangre al cuerpo. La presión está determinada por la fuerza y cantidad de sangre bombeada y el tamaño y flexibilidad de las arterias.







La hipertensión es un trastorno caracterizado por presión sanguínea crónicamente alta. Debe ser monitorizada, tratada y controlada con el uso de medicamentos, cambios en el estilo de vida o una combinación de ambos.





Referencias

1. Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure (JNC 7). Rockville, Md. National Heart, Lung, and Blood Institute, US Department of Health and Human Services; August 2004. National Institutes of Health Publication No. 04-5230.

En línea. Fecha de Consulta: 22/03/2011
Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000468.htm

2. Kaplan NM. Systemic Hypertension: Therapy. In: Libby P, Bonow RO, Mann DL, Zipes DP, eds. Braunwald's Heart Disease: A Textbook of Cardiovascular Medicine. 8th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2007:chap 41.

En línea. Fecha de Consulta: 24/03/2011
Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000468.htm

3. Wolff T, Miller T. Evidence for the reaffirmation of the U.S. Preventive Services Task Force recommendation on screening for high blood pressure. Ann Intern Med. 2007;147:787-791.

En línea. Fecha de Consulta: 26/03/2011
Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000468.htm

4. Blumenthal JA, Babyak MA, Hinderliter A, Watkins LL, Craighead L, Lin PH, et al. Effects of the DASH diet alone and in combination with exercise and weight loss on blood pressure and cardiovascular biomarkers in men and women with high blood pressure: the ENCORE study. Arch Intern Med. 2010;170:126-135.

En línea. Fecha de Consulta: 28/03/2011
Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000468.htm

DIABETES MELLITUS

Es una enfermedad crónica (que dura toda la vida) caracterizada por niveles altos de azúcar en la sangre.


Síntomas

Los niveles altos de glucosa pueden causar diversos problemas, como:

  • Visión borrosa.
  • Sed excesiva.
  • Fatiga.
  • Micción frecuente.
  • Hambre.
  • Pérdida de peso.
Sin embargo, debido a que la diabetes tipo 2 se desarrolla lentamente, algunas personas con niveles altos de glucemia son completamente asintomáticas.


Síntomas de la diabetes tipo 1:

  • Fatiga
  • Aumento de la sed
  • Aumento de la micción
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Pérdida de peso a pesar del aumento del apetito
Los pacientes con diabetes tipo 1 generalmente desarrollan síntomas en un período de tiempo corto y la enfermedad con frecuencia se diagnostica en una sala de urgencias. (3)


Síntomas de la diabetes tipo 2:

  • Visión borrosa.
  • Fatiga.
  • Aumento del apetito.
  • Aumento de la sed.
  • Aumento de la micción.


Factores de Riesgo

  • Edad mayor de 45 años.
  • Un progenitor o hermanos con diabetes.
  • Diabetes gestacional o parto de un bebé con un peso mayor a 4 kg (9 libras).
  • Cardiopatía.
  • Nivel alto de colesterol en la sangre.
  • No hacer suficiente ejercicio.
  • Obesidad.
  • No hacer suficiente ejercicio.
  • Deterioro previo de la tolerancia a la glucosa.
  • Algunos grupos étnicos (particularmente estadounidenses de raza negra, estadounidenses de pueblos originarios, asiáticos, isleños del pacífico e hispanoamericanos).


Tratamiento
Los objetivos inmediatos del tratamiento son tratar los altos niveles de glucemia. Debido a la aparición súbita y gravedad de los síntomas en la diabetes tipo 1, es posible que las personas que acaban de recibir el diagnóstico necesiten permanecer en el hospital. (2)

Los objetivos a largo plazo del tratamiento son:

  • Prolongar la vida.
  • Reducir los síntomas.
  • Prevenir complicaciones relacionadas con la diabetes, tales como ceguera, insuficiencia renal, cardiopatía y amputación de extremidades.
Estos objetivos se logran a través de:

  • Control de la presión arterial y del colesterol.
  • Autocontrol cuidadoso de los niveles de glucemia.
  • Educación.
  • Ejercicio.
  • Cuidado de los pies.
  • Planeamiento de las comidas y control del peso.
  • Uso de medicamentos e insulina
No existe cura para la diabetes. El tratamiento consiste en medicamentos, dieta y ejercicio para controlar el nivel de azúcar en la sangre y prevenir los síntomas.

 

Posibles Complicaciones

  • Cetoacidosis diabética
  •  Ateroesclerosis
  • Arteriopatía coronaria
  • Nefropatía diabética
  • Neuropatía diabética
  •  Retinopatía diabética
  • Problemas de erección
  • Hiperlipidemia
  • Hipertensión
  • Infecciones de la piel, vías urinarias femeninas y tracto urinario
  • Enfermedad vascular periférica
  • Accidente cerebrovascular

Causas

La insulina es una hormona producida por el páncreas para controlar la glucemia. La diabetes puede ser causada por muy poca producción de insulina, resistencia a ésta o ambas.
Para comprender la diabetes, es importante entender primero el proceso normal por medio del cual los alimentos son descompuestos y empleados por el cuerpo como energía. Varias cosas suceden cuando se digiere el alimento:

  • Un azúcar llamado glucosa, que es fuente de energía para el cuerpo, entra en el torrente sanguíneo.
  • Un órgano llamado páncreas produce la insulina, cuyo papel es transportar la glucosa del torrente sanguíneo hasta los músculos, la grasa y las células hepáticas, donde puede utilizarse como energía.
Las personas con diabetes presentan hiperglucemia, debido a que:

  • El páncreas no produce suficiente insulina.
  • Los músculos, la grasa y las células hepáticas no responden de manera normal a la insulina.
  • Todas las razones anteriores
Hay tres grandes tipos de diabetes:

  • Diabetes tipo 1: Generalmente se diagnostica en la infancia, pero muchos pacientes reciben el diagnóstico cuando tienen más de 20 años. En esta enfermedad, el cuerpo no produce o produce poca insulina y se necesitan inyecciones diarias de esta hormona. La causa exacta se desconoce, pero la genética, los virus y los problemas auto – inmunitarios pueden jugar un papel.
  • Diabetes tipo 2: Es de lejos más común que el tipo 1 y corresponde a la mayoría de todos los casos de diabetes. Generalmente se presenta en la edad adulta, aunque se está diagnosticando cada vez más en personas jóvenes. El páncreas no produce suficiente insulina para mantener los niveles de glucemia normales, a menudo, debido a que el cuerpo no responde bien a la insulina. Muchas personas con este tipo de diabetes ni siquiera saben que la tienen a pesar de ser una enfermedad grave. Este tipo se está volviendo más común debido a la creciente obesidad y a la falta de ejercicio.
  • Diabetes gestacional: Consiste en la presencia de altos niveles de glucemia que se presentan en cualquier momento durante el embarazo en una mujer que no tiene diabetes. Las mujeres que padecen este tipo de diabetes están en alto riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular posteriormente en la vida.

 

 

Prevención

Mantener un peso corporal ideal y un estilo de vida activo pueden prevenir la diabetes tipo 2.


Actualmente, no hay forma de prevenir la diabetes tipo 1 ni tampoco existe un examen de detección eficaz para este tipo de diabetes en personas que no presenten síntomas. (1)


El examen de detección para diabetes tipo 2 y personas sin síntomas se recomienda para:

  • Niños con sobrepeso que tengan otros factores de riesgo para la diabetes, comenzando a la edad de 10 años y repitiéndolo cada dos años.
  •  Adultos con sobrepeso (IMC superior a 25) que tengan otros factores de riesgo.
  • Adultos mayores de 45 años, repitiéndolo cada tres años.
Para prevenir complicaciones de la diabetes, visite al médico o al educador en diabetes por lo menos cuatro veces al año y comente cualquier problema que se esté presentando.


Hágase los siguientes exámenes regularmente:

  • Hágase tomar la presión arterial cada año (las metas de presión arterial deben ser 130/80 mm/Hg o más baja).
  • Hágase revisar la hemoglobina glucosilada (HbA1c) cada 6 meses si su diabetes está bien controlada; de otro modo, cada 3 meses.
  • Procure que le revisen los niveles de colesterol y triglicéridos anualmente (trate de alcanzar niveles de LDL por debajo de 100 mg/dL, menos de 70 mg/dL en pacientes de alto riesgo).
  • Hágase exámenes anuales para constatar que los riñones estén funcionando bien (microalbuminuria y creatinina en suero).
  • Visite al oftalmólogo (preferentemente uno que se especialice en retinopatía diabética) por lo menos una vez al año, o más a menudo si tiene signos de retinopatía diabética.
  • Visite al odontólogo cada 6 meses para un examen y limpieza dental completa. Asegúrese de que su odontólogo e higienista sepan que usted padece diabetes.
  • Asegúrese de que su médico le revise los pies en cada visita.




La diabetes ocasiona la presencia de una cantidad excesiva de glucosa en el torrente sanguíneo, lo cual puede lesionar los vasos sanguíneos. En los ojos, es posible que la sangre y otros fluidos goteen dentro de los tejidos circundantes desde los vasos sanguíneos lesionados y causen problemas de la vista.



La insulina es una hormona producida por el páncreas, la cual es necesaria para que las células puedan utilizar el azúcar sanguíneo.




Las personas con diabetes se encuentran en riesgo de sufrir lesiones de los vasos sanguíneos que pueden ser lo suficientemente severas para causar lesión en los tejidos de las piernas y los pies.



El páncreas está situado detrás del hígado y en el sitio donde se produce la hormona insulina. La insulina es usada por el cuerpo para almacenar y utilizar la glucosa.


Los islotes de Langerhans contienen células beta y se localizan dentro del páncreas. Las células beta producen insulina, necesaria para el metabolismo de la glucosa en el cuerpo.




La diabetes gestacional se define como la intolerancia a la glucosa en el transcurso del embarazo, período durante el cual los cambios hormonales pueden hacer que el cuerpo sea menos sensible al efecto de la insulina. Estos cambios pueden llevar a alta presencia de azúcar en la sangre y diabetes. Los altos niveles de azúcar en la sangre durante el embarazo son peligrosos tanto para la madre como para el bebé.



Como respuesta a los altos niveles de glucosa en la sangre, las células productoras de insulina en el páncreas segregan la hormona insulina. La diabetes tipo I se presenta cuando el sistema inmunológico del propio cuerpo destruye estas células.







Referencias 


1. Alemzadeh R, Wyatt DT. Diabetes Mellitus. In: Kliegman RM, ed. Kliegman: Nelson Textbook of Pediatrics. 18th ed. Philadelphia, Pa: Saunders;2007:chap 590. 
    En línea. Fecha de Consulta: 22/03/2011
    Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001214.htm

    2. American Diabetes Association. Diagnosis and classification of diabetes mellitus. Diabetes Care. 2010;33 Suppl 1:S62-S69. 

    En línea. Fecha de Consulta: 24/03/2011
    Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001214.htm

    3. Eisenbarth GS, Polonsky KS, Buse JB. Type 1 Diabetes Mellitus. In: Kronenberg HM, Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR. Kronenberg: Williams Textbook of Endocrinology. 11th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2008:chap 31.

    En línea. Fecha de Consulta: 26/03/2011
    Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001214.htm

    ENFERMEDADES HEPATICAS

    Conocimientos básicos sobre el hígado

    El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. Está ubicado en la zona superior del abdomen en el lado derecho, por debajo de las costillas y pesa aproximadamente 1,5 kg. Un hígado normal es suave y flexible, está conectado directamente al intestino delgado por medio del conducto biliar, el cual transporta la bilis que se produce en el hígado hacia el intestino delgado donde es utilizada para la digestión.
    El hígado funciona como una gran fábrica química. Casi toda la sangre que sale del estómago e intestino pasa por el hígado. Entre las muchas funciones que el hígado cumple están las siguientes:

        *  Producción de bilis y otras enzimas (proteínas) digestivas.

        *  Producción de proteínas que ayudan a la coagulación de la sangre.

        *  Metabolismo del colesterol.

        *  Almacenamiento de glicógeno que sirve de combustible a los músculos.

        *  Mantención de los niveles hormonales.

        *  Regulación de los niveles hormonales.

        *  Metabolización (descomposición) de medicamentos, alcohol y otras drogas.


    Considerando todas las funciones del hígado, no es sorprendente que las enfermedades hepáticas alteren todas las demás funciones del cuerpo. Una de las enfermedades más importantes es la cirrosis.(1)

    Imagen tomada 4/8/2011 de: http://www.mybwmc.org/library/34/100090

    Dentro de las enfermedades de tipo autoinmune del hígado se encuentran:

        *  Hepatitis autoinmune.

        *  Cirrosis biliar primaria.

        *  Colangitis esclerosante.

        *  Síndromes de sobreposición.

    La Cirrosis 

    La cirrosis hepática es aquella condición en la que el tejido normal y sano del hígado es reemplazado por un tejido cicatrizal que bloquea el flujo de sangre a través del órgano e impide que este funcione adecuadamente. Como concepto general la cirrosis es un proceso largo al que se llega en la medida que el hígado se expone largo tiempo (años o décadas) al daño y acumula cicatrices en su tejido (fenómeno también llamado fibrosis hepática). Cuando las cicatrices son extensas la forma y funcionamiento del hígado se alteran severamente lo que recibe el nombre de cirrosis.(2)


    La cirrosis es una enfermedad grave, aunque el pronóstico individual depende de la fase de su evolución en la que se realice el diagnóstico. Los enfermos con cirrosis "compensada" (sin complicaciones graves) tienen una probabilidad del 50% de seguir vivos a los 10 años, siendo su pronóstico mucho mejor si no hay várices en el esófago.   Por otra parte, los enfermos "descompensados" tienen una mortalidad del 70% al cabo de 3 años. Por ello,   todo paciente con cirrosis, o con sospecha de ella,  debe ser evaluado por un médico con experiencia en las enfermedades del hígado.

    Causas

    La cirrosis tiene muchas causas. En general cualquier condición dañina para el hígado que se mantenga en el tiempo puede causar cirrosis. Las causas mas frecuentes incluyen el consumo crónico y exagerado de alcohol, el hígado graso, las hepatitis crónicas por virus B y C, las enfermedades autoinmunes del hígado, algunas enfermedades hereditarias y otras causas mas infrecuentes entre las que se incluyen algunas reacciones graves a los medicamentos recetados, la obstrucción o bloqueo de los conductos que drenan la bilis desde el hígado, una exposición prolongada a toxinas ambientales, la infección de parásitos llamada esquistosomiasis y repetidos ataques de insuficiencia cardiaca.

    Síntomas

    Muchas personas con cirrosis no presentan síntomas al principio de la enfermedad. Sin embargo, a medida que el tejido cicatrizal reemplaza las células sanas, la función del hígado comienza a fallar y la persona puede tener los siguientes síntomas:

        *
          agotamiento
        *
          fatiga
        *
          falta de apetito
        *
          náusea
        *
          debilidad
        *
          pérdida de peso
        *
          dolor abdominal
        *
          vasos sanguíneos en forma de araña (angioma de araña) que se desarrollan en la piel

    A medida que avanza la enfermedad, pueden presentarse complicaciones. En algunas personas, éstas podrían ser los primeros signos de la enfermedad.

    Diagnóstico

    Para hacer un diagnóstico de cirrosis el médico se basa en los síntomas, pruebas de laboratorio, la historia clínica del paciente y su examen físico. Por ejemplo, durante el examen físico, el médico puede  detectar que el hígado está más duro o más grande de lo habitual y entonces ordena análisis de sangre que puedan comprobar la presencia de la enfermedad.

    Además, generalmente   el médico  solicita que se realice exámenes de imagen, como una ecografía de abdomen (ecotomografía), una tomografía axial computarizada (escáner o TAC), o una resonancia magnética (RM). Si es necesario, el médico puede también decidir realizar una biopsia de hígado para confirmar el diagnóstico o la causa de la cirrosis.

    COMPLICACIONES DE LA CIRROSIS

    Cirrosis Hepática: Como se explicó, la cirrosis hepática consiste en la destrucción de la arquitectura normal del hígado, en la que el tejido  sano es reemplazado por un tejido cicatrizal que forma múltiples nódulos en el órgano (Figura 2) e impide que éste funcione adecuadamente.

                                                                               FIGURA 2

    Cuando existe cirrosis se generan problemas de diversa índole (Figura 3), que a su vez dan origen a situaciones que requieren atención médica especializada. Uno de los principales problemas es que se bloquea el normal flujo de sangre a través del órgano, generando una situación de alza en la presión sanguínea sectorizada, en las venas del abdomen. Esto se denomina HIPERTENSIÓN PORTAL . Ello puede llevar por una parte a la acumulación de líquido en el abdomen, (lo que se conoce como ASCITIS , y por otra parte a la dilatación de las venas ubicadas en el interior del abdomen. El aumento de la presión en dichas venas condiciona la aparición de venas dilatadas en el esófago (VÁRICES ESOFÁGICAS) o estómago (VÁRICES GASTRICAS).

    La cirrosis también lleva a la pérdida progresiva de las múltiples tareas que el hígado realiza, como son la formación de proteínas, tanto estructurales como de defensa; la regulación de los niveles sanguíneos de variadas moléculas como por ejemplo la glucosa, insulina, hormonas sexuales, colesterol o triglicéridos; la formación de la bilis para la digestión de alimentos; la depuración de bacterias o toxinas, como fármacos o el alcohol; además del rol de almacenamiento de nutrientes, minerales y vitaminas. Esta situación se hace evidente sólo cuando el daño del hígado es severo, apareciendo coloración amarilla de la piel o mucosas (ICTERICIA). También el paciente puede experimentar alteraciones de conciencia (perdida de memoria, pérdida de la orientación en el tiempo o el espacio, pérdida del equilibrio, temblores, o somnolencia) lo que se llama ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA, la que se cree se debe a una suerte de "intoxicación del cerebro", muchas veces asociado a síntomas generales como pérdida de peso y/o debilidad.

    Finalmente, la cirrosis es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de CÁNCER DEL HÍGADO (llamado también HEPATOCARCINOMA). En nuestro país la gran mayoría de los cánceres del hígado se desarrollan en un hígado cirrótico (sobre el 85%).


    Cuando hay una cirrosis, el hígado forma nódulos delimitados por tejido fibroso. La funcionalidad de estos nódulos no es igual a la del hígado normal.
    La cirrosis es la consecuencia de un daño acumulado en el hígado, habitualmente durante varios años, que se caracteriza por la acumulación de fibrosis (“cicatrices”) en el tejido hepático. Estos cambios del tejido interfieren con la estructura y funcionamiento normal del hígado, ocasionando serias complicaciones en la circulación de la sangre a través de dicho órgano y en sus funciones.


    Causas que pueden desencadenar la cirrosis hepática, entre las principales están:

        *  Virus de hepatitis B, hepatitis C, y hepatitis D.

        *  Consumo excesivo de alcohol.

        *  Hígado graso no alcohólico (también llamada esteatohepatitis no alcohólica): Condición frecuente en la población general, asociada a diabetes y obesidad.

     Enfermedades hereditarias o congénitas como:

        *  Hemocromatosis, en la cual se acumula hierro dentro del hígado dañado el tejido.

        *  La enfermedad de Wilson, la cual es causada por una alteración en el transporte del cobre, acumulándose en el hígado y en otros tejidos.

        *  Ausencia de proteínas específicas o enzimas para metabolizar diferentes substancias en el hígado, como la deficiencia de alfa 1-antitripsina.

        *  Reacción severa a drogas o medicamentos.

        *  Exposición prolongada a agentes tóxicos en el medio ambiente.

        *  Ciertas enfermedades del corazón (insuficiencia cardiaca).

        *  Obstrucción prolongada del conducto biliar, como la colangitis esclerosante.


    Los pacientes con cirrosis son propensos a desarrollar infecciones bacterianas, trastornos en el funcionamiento del riñón, úlceras estomacales, cálculos en la vesícula, cierto tipo de diabetes y cáncer del hígado.


    Prevención

        *  No beba en exceso

        * Evite el uso de bebidas alcohólicas. El alcohol destruye las células del hígado. El grado de regeneración de las células del hígado varia de persona a persona. Un daño previo al hígado por virus desconocidos o sustancias químicas pueden afectar el proceso de regeneración.

        *  Tome precauciones al usar productos químicos.

    El hígado tiene que procesar mucho compuestos químicos que no existían en el pasado. Se necesitan más investigaciones para determinar el efecto de estos compuestos. Cuando use productos químicos en su trabajo, al limpiar su casa o al trabajar en el jardín tome las siguientes precauciones:

        *  Asegúrese de que haya buena ventilación.

        *  Use el producto siguiendo las instrucciones.

        *  Nunca mezcle substancias químicas.

        *  Evite el contacto de estas substancias con su piel, pues se pueden absorber a través de ella y lávese prontamente si esto ocurre.

        *  Evite inhalar substancias químicas.

        *  Use ropa que lo proteja.

        *  Busque ayuda médica.


    Manténgase bajo cuidado médico si desarrolla una hepatitis viral hasta que su mejoría esté asegurada.
    El hígado es un órgano grande, con gran reserva funcional, capaz de seguir desempeñando sus funciones vitales aunque esté dañado. También tiene la capacidad de repararse a sí mismo en cierto grado. Las células que mueren pueden se reemplazadas por otras nuevas. Si la causa de la cirrosis puede ser eliminada, estos factores ayudan a tener cierta mejoría y a desempeñar una
    El hepatocarcinoma es el tumor maligno primario más frecuente del hígado. Este tumor se conoce también como:

    • Carcinoma hepatocelular (HCC, hepatocellular carcinoma)
    • Hepatoma
    • Cáncer hepático

    Habitualmente el hepatocarcinoma aparece en personas que ya tienen alguna enfermedad hepática como hepatitis crónica por virus B o C, o cirrosis.

     

    Características clínicas

    Muchas veces el hepatocarcinoma no produce síntomas. No es raro que se manifieste como descompensación de la función hepática en un paciente con una cirrosis hepática estable. Cuando existen manifestaciones, lo más habitual es que se presenten síntomas inespecíficos como baja de peso, dolor abdominal, saciedad precoz o masa palpable.
    Otros síntomas pueden ser derivados del efecto de masa del tumor, como ictericia obstructiva o hemorragia intraperitoneal. Menos frecuentemente se observan síntomas paraneoplásicos tales como diarrea, eritrocitosis, hipercalcemia, hipoglicemia o manifestaciones cutáneas.

    Imágenes
    El diagnóstico del hepatocarcinoma se ha facilitado en el último tiempo gracias a los avances de las técnicas de imágenes dinámicas:

        *  TAC (tomografía axial computada, CT, scanner) de abdomen

        *  RNM (MRI, resonancia nuclear magnética) de abdomen

    En pacientes que tienen síntomas sugerentes, se sugiere ir directamente a algunas de las técnicas mencionadas.

    El desafío del diagnóstico del hepatocarcinoma es la detección de lesiones en etapas más precoces, más susceptibles de tratamientos radicales con intención curativa. La detección de hepatocarcinoma (vigilancia) requiere definir la población en riesgo aumentado de desarrollar estos tumores. Existe clara evidencia de que la cirrosis por sí misma, independiente de la causa, es un factor de riesgo para el desarrollo de hepatocarcinoma. Sin embargo, la cirrosis secundaria a hepatitis viral crónica B y C, la hemocromatosis y la cirrosis alcohólica presentan el mayor riesgo. Los pacientes con hepatitis B crónica están en riesgo de presentar este tumor, incluso antes de desarrollar cirrosis.
    Actualmente se acepta que las personas en riesgo de desarrollar hepatocarcinoma (todos los sujetos con cirrosis, independiente de la causa) deben someterse a exámenes para la detección precoz de este tumor. La estrategia más aceptada es la realización de una ecografía (ultrasonido o ecotomografía) abdominal cada 6 meses. A esto se agrega la determinación de niveles de alfa fetoproteína (AFP) en sangre.


    - Ecografía abdominal
    También llamada ecografía o ultrasonido. Es un examen no invasivo que permite obtener imágenes del hígado mediante la utilización de ondas de ultrasonido. Es el examen más utilizado para la vigilancia de hepatocarcinoma. Tiene la ventaja de ser relativamente barato y no requerir de medio de contraste intravenoso. El hepatocarcinoma se identifica como una lesión habitualmente hipoecogénica, aunque a medida que crece puede hacerse iso o hiperecogénica. Sin embargo, la sensibilidad de la ecografía para detectar hepatocarcinoma es relativamente baja, del orden de 40 a 80%, según diferentes estudios. Una imagen sospechosa en la ecografía requiere siempre de una imagen confirmatoria (TAC o resonancia). El uso de medio de contraste para ecografía aumenta su sensibilidad, pero su uso está restringido a pocos centros actualmente.

    Imagen tomada 4/7/2011 de : http://www.clinicadam.com/salud/6/1058.html

    - TAC de abdomen
    La tomografía axial computada (TAC), también llamada CT scan o scanner, es una poderosa técnica para la obtención de imágenes hepáticas. La técnica actual de elección es el TAC dinámico helicoidal multicorte. Esto implica la inyección de medio de contraste intravenoso muy rápidamente, con obtención de imágenes precoces rápidamente en la fase arterial, portal y tardía (TAC trifásico). El hepatocarcinoma, al ser un tumor muy vascularizado, presenta un comportamiento típico en el TAC, consistente en el reforzamiento de la señal en la fase arterial (nódulo hipervascular). La sensibilidad del TAC dinámico helicoidal para detectar hepatocarcinoma puede sobrepasar el 90%.


    - Resonancia nuclear magnética
    Se le conoce como RNM o MRI. Es una técnica relativamente más nueva que el TAC, por lo que la experiencia del radiólogo que la interpreta es muy importante. Tiene la ventaja de usar medios de contraste que no son nefrotóxicos. Su sensibilidad es igual o superior a la del TAC en detectar lesiones tumorales hepáticas, particularmente en hígados cirróticos. Tiene la ventaja sobre el TAC de diferenciar nódulos displásticos de hepatocarcinoma, y de caracterizar mejor otras lesiones hipervasculares como el hemangioma.

    Imagen tomada 4/7/2011 de : http://www.diariosur.es/20080229/andalucia/biomedicina-listas-espera-20080229.html


    Biopsia
    La confirmación del diagnóstico de la mayoría de las lesiones malignas requiere la obtención de histología mediante una biopsia o citología. Este concepto se ha ido abandonando progresivamente en los algoritmos diagnósticos del hepatocarcinoma, debido a que las imágenes permiten en la mayoría de los casos tener una certeza diagnóstica muy alta. La biopsia de las lesiones se emplea en casos de persistir una duda diagnóstica. Las biopsia tiene riesgos: hemorragia y diseminación del tumor en el tracto de la aguja de punción. La caracterización histológica del tumor (bien o mal diferenciado) tiene importancia pronóstica.

    Tratamiento
    Debido a que el hepatocarcinoma es un tumor que aparece habitualmente sobre un hígado cirrótico, el manejo terapéutico requiere una especial atención al grado de disfunción hepática del paciente, además de las características propias del tumor (etapificación).
    Las opciones de tratamiento son actualmente múltiples, por lo que la decisión del mejor tratamiento requiere de la evaluación de un equipo médico con experiencia en la evaluación y manejo de pacientes con esta patología. Este grupo multidisciplinario habitualmente incluye hepatólogos, cirujanos hepato-biliares y radiólogos.
    Dentro de las opciones de tratamiento disponibles se cuentan las siguientes:

    - Resección hepática
    La cirugía para resecar el segmento hepático comprometido por el tumor se considera la terapia de elección en aquellos pacientes resecables con buena función hepática. Desgraciadamente sólo una minoría de los pacientes con hepatocarcinoma son candidatos a resección. Por resecable se entiende un tumor confinado al hígado y que permita dejar una porción de hígado suficiente para mantener una función hepática aceptable post-operatoria. Buena función hepática se refiere a estar en clasificación Child-Pugh A y tener valores de bilirrubina normal, sin hipertensión portal.

    - Trasplante hepático

    El trasplante hepático es una excelente opción para aquellos pacientes con hepatocarcinoma no metastásico que cumplen con las condiciones para un trasplante y que además cumplen ciertas condiciones de tamaño del tumor. Los criterios de tamaño más utilizados para considerar el trasplante hepático son conocidos como criterios de Milán:

        *  Una lesión de menos de 5 cm de diámetro.

        *  No más de 3 lesiones, cada una menor de 3 cm de diámetro.

    Cuando se cumplen estos criterios, la sobrevida con trasplante hepático es comparable a la de pacientes trasplantados sin hepatocarcinoma. Uno de los problemas del trasplante es que los tiempos de espera pueden ser más de un año, período en el que el tumor puede seguir creciendo y exceder los criterios descritos. Por esta razón, frecuentemente se utilizan terapias "puente" en pacientes que esperan un trasplante. La más utilizada es la quimioembolización.

    - Radiofrecuencia
    La ablación por radiofrecuencia es una forma de producir necrosis tumoral mediante la aplicación local de calor con una aguja que produce una corriente de electricidad alternante de alta frecuencia. La radiofrecuencia se aplica generalmente a pacientes con Child-Pugh A o B, no candidatos a trasplante o que tienen lesiones que exceden los criteriso de Milán. También se utiliza como terapia puente antes del trasplante hepático. La aplicación de radiofrecuencia puede hacerse percutánea o intraoperatoria (ya sea laparoscópica o por laparotomía).

    - Alcoholización
    La inyección de etanol (alcohol etílico) directamente en el tumor produce necrosis y es una alternativa de bajo costo y relativamente sencilla de realizar. La radiofrecuencia la ha suplantado en muchas partes debido a su mayor efectividad. En lugar de alcohol, se ha utilizado también ácido acético con buenos resultados.

    - Quimioembolización
    La quimioembolización consiste en la inyección de una sustancia quimioterápica (doxorrubicina, mitocina o cisplatino) y un agente embolizante por vía intra-arterial hepática. El procedimiento requiere de cateterismo de la arteria hepática. Frecuentemente los pacientes presentan el llamado síndrome post-embolización, que se caracteriza por fiebre, dolor abdominal, náuseas y elevación de transaminasas. En algunos casos se llega a producir insuficiencia hepática aguda. La selección adecuada de los pacientes es muy importante para evitar esta temida complicación.

    - Terapia sistémicas
    Tanto la quimioterapia sistémica como la radioterapia son de utilidad muy limitada en el hepatocarcinoma y su uso sólo se recomienda dentro de protocolos de investigación.
    Recientemente se ha demostrado la utilidad del sorafenib (Nexavar®) en el tratamiento del carcinoma hepatocelular en enfermedad avanzada, prolongando la sobrevida.
    A pesar de todas estas alternativas terapéuticas, existe un grupo importante de pacientes a los que se pueden ofrecer pocas alternativas de tratamiento, ya sea porque su función hepática está muy alterada (pacientes con clasificación C de Child-Pugh) o porque el hepatocarcinoma está muy avanzado.

    Terapia física aplicada a estas patologías

    En estados muy avanzados cuando los pacientes pasan mucho tiempo en cama se presenta una intervención fisioterapéutica general para los pacientes con estas patologías, en la cual se justifica la realización del entrenamiento de movilizaciones o ejercicios en cama , y la estimulación de diferentes sistemas corporales de integración, movilización y protección, abarca una descripción analítica y descriptiva de la actividad que evidencia su ejecución, así como distintas técnicas fisioterapéuticas. Pretende ser una guía para el terapeuta pero no debe ser tomada como un protocolo de tratamiento para estos pacientes, ya que el tratamiento debe ser individualizado según el estado y características de cada persona, se espera que permita el avance y la mejoría de estas.



    Imagen tomada 7/4/2011 de: http://www.colfisio.org/php/detalle_punto_campanias.php?id_punto=11


    Es indiscutible la efectividad del ejercicio terapéutico para la educación neuromuscular, por lo menos en función de la producción de cambios a corto plazo en el tono muscular y de la potencia de los movimientos voluntarios en pacientes tanto adultos como pediátricos. No es sorprendente que tales técnicas dependan para ser eficaces de las manifestaciones de las estructuras neuroanatómicas fundamentales y de la función neurofisiológica. En consecuencia, tanto más probable resulta que, con una terapia apropiada, el proceso de rehabilitación sea inherente en la recuperación de las estructuras afectadas para que puedan ser orientadas hacia un óptimo resultado funcional.
    La rehabilitación de los pacientes con afecciones neurológicas busca que estos logren desenvolverse lo mejor posible en su medio social. Para ello su atención debe darse de forma integral, que incluya tanto la atención médica especializada como la terapia psicológica y ocupacional.




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